El siguiente hecho que voy a relatar es completamente verdadero, si alguno de los lectores pone en duda esto les pido que se abstenga de leerlo.
Bueno, mi nombre es Gastón y lo acontecido no me ha sucedido a mí sino que a una de mis mejores amigas. Su nombre prefiero dejarlo en el anonimato.
Mi amiga vive en una casa, en donde la parte delantera es morada de sus abuelos y atrás, en el fondo del patio, está su casa donde convive con su madre, hermana y hermano. Recuerda ella ahora, después de diez años, algunos sucesos que luego logró atar con lo que paso en estos días. Resulta ser que en la sala de estar de la casa de sus abuelos, hay una pared que da exactamente al frente de una persiana que a su vez da a la calle En la vereda de en frente hay varios terrenos baldíos y alguna que otra construcción sin terminar, es un barrio que no está completamente poblado, con calles de tierra. En esta pared, se podía ver el reflejo de las luces de la calle cuando la persiana es dejada entreabierta, como es de esperar. Lo raro fue, que cierta vez, en esa pared comenzó a aparecer la sombra de una persona, al parecer un hombre, como si alguien estuviese parado del lado de afuera de la calle. Lo extraño fue que al fijarse afuera, no estaba dicha persona. Esto ocurrió una y otra vez, hasta que de aquella pared colgaron un crucifijo y la extraña sombra dejo de aparecer.
También por aquellas épocas, su madre había ido una tarde de compras al supermercado y trajo, entre otras cosas, varios paquetes de masitas que venían envueltos en una bolsa entre sí. Ese día su madre les dijo que no comieran las masitas hasta el próximo día. Por la noche, luego de que todos se acostaron, mi amiga comenzó a sentir ruidos por la cocina, unos pasos, y seguidamente escucho como la bolsa de las masitas era abierta. Pensó para sus interiores que sus hermanos menores estaban desobedeciendo a su madre y comiendo las masitas. Como este ruido continuaba, al rato se escucho la voz de su madre que decía: ¿que andan haciendo? a lo que ella respondió (mi amiga), "son los chicos, que se están comiendo las masitas". En un tono un tanto acusador. La sorpresa fue que al decir ella esto, se escucho desde el cuarto de los chicos, ¡nosotros no somos!, con voz de susto...y al instante las frazadas de los niños les fueron quitadas y quedaron completamente destapados, sin que allá nadie allí.
De estos hechos pasaron ya diez años exactos. En la casa del fondo, donde vive mi amiga con sus hermanos y madre por las noches comenzó a escucharse muchos ruidos, como si afuera se estuviese desatando una gran tormenta. Las puertas se golpeaban, las cosas se caían, se oían pasos que no dejaban descansar a la familia en paz. Por estos días, mi amiga no estaba durmiendo en esa casa, ya que por lo general acostumbra a dormir en la casa de sus abuelos. Su madre y hermanos le contaban lo que por las noches ocurría, pero ella no le dio mayor atención. Ocurrió una vez, otra vez, hasta que la situación llegó a un punto crítico. Una noche estando su hermano acostado en la cama, el comenzó a sentir pasos que se dirigían hacia el pasillo, pasos como de botas y de un momento para el otro sintió que unas manos comenzaban a aplastarle su cara contra la almohada. Por suerte fue solo unos instantes, al segundo que se sintió libre, vio como las cuerdas de su guitarra eran tocadas por una mano invisible y de un portazo se cerró la puerta de su cuarto. El se levanto corriendo como tratando de perseguir aquellos pasos que escucho. En un momento se metieron al baño. Intentó abrir la puerta y sintió como si alguien del lado de adentro se lo impidiera.
Todo esto se lo contaron a mi amiga al día siguiente, y estando hablando ella con una amiga, le aconsejo que tratara de hablar con el ser ese que se encontraba habitando su casa, que le preguntara quien era, que quería. Así que aquella noche mi amiga decidió ir a dormir con su madre y hermanos, que se reunieron todos juntos en la pieza de la madre, esperando que este ser hiciera su aparición.
En determinado momento, su madre comenzó a sentir un extraño miedo, cosa que sentía siempre antes de que se comenzaran a escuchar los ruidos. A lo que a mi amiga respondió intentando comunicarse con este ser. Ellos tienen un pequeño perrito, que en ese momento estaba en brazos de su madre. Mi amiga le pregunto quién era, y se empezaron a escuchar los ruidos, ella sintió mucha curiosidad, porque al ver al perrito, notó que este se había puesto muy inquieto y estaba mirando un lugar fijo y les dijo, "miren como está mirando el perro", que miraba para su lado, "está mirando para acá, pero no me mira a mí, mira a mi lado". Y cuando ella se dio vuelta para mirar hacia su costado, recibió un intenso soplido en su cara, como si alguien se lo propiciara, una persona.
Después de esto, mi amiga creyó completamente la historia de su familia, que en algún momento lo tomo como una tontería, y exactamente al otro día llamaron a un cura para que visitara su hogar. El cura entro a la casa y sintió una extraña presencia, noto que algo malo existía allí. Bendijo toda la casa y tiro agua bendita, en ese momento comenzaron los ruidos por lo que al cura respondió bendiciendo más aún la casa.
Desde esa vez no han vuelto a sentir molestias por las noches, pero de vez en cuando... siempre algún extraño sonido sin procedencia aparente les roba el sueño. Como si alguien continuara aún, desde algún lugar de la casa vigilándolos todas las noches.
Esto es todo lo que tenia para contarles, se que existen muchos casos más como este y sus motivos pueden ser muchísimos, solo les aconsejo que no intenten comunicarse con seres del "otro lado" ya que nuestro Dios nos lo prohíbe, y nunca sabes con que te puedes encontrar en aquellos oscuros reinados. Saludos y muchas gracias.
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